Bauhaus regresó a México al Parque Bicentenario regalándonos una anhelada resurrección con un sombrío y nostálgico primer show
Por fin, luego de más de 18 meses de espera y de un cambio de sede al Parque Bicentenario, el sábado 23, vivimos la anhelada resurrección de Bauhaus, los padres del rock gótico, conformado por la alineación original, es decir Peter Murphy, Daniel Ash, Kevin Haskins y David J. Acompañados de Automatic, Soriah y alrededor de cinco mil asistentes que entre un poco de quejas por desorganización, la pérdida de la sección “laterales” e imprevistos de la escena rock, terminaron satisfechos por ver a Bauhaus en México luego de 16 años de ausencia.
Eran las 5 pm y la fila de los asistentes para entrar a tomar un lugar en espera de Bauhaus, ya estaba en crecimiento constante. Desde ese momento, el mix de asistentes variaba entre looks vampirescos, darks, algunos punks, alternativos y otros más «ordinarios». Sin embargo, esta mezcla se definió cuando vimos el promedio de edades de la audiencia, el cual predominó entre los 35 a los 50 años de edad. Por lo cual, el ambiente se vivió siempre tranquilo, en calma, con paciencia, emoción y con buena distancia personal.
Soriah & Automatic
Algunos minutos luego de las 7 pm, comenzó Soriah, multiinstrumentista americano, quien con su música, su maleable voz y aquella iluminación de dos fuentes, creó lo que parecía un ambiente perfecto para un soundtrack en aquella tarde nublada y oscura del Parque Bicentenario.
La noche llegó, los asistentes seguían tomando su lugar, bebiendo y paseando entre el espacio reservado del parque, cuando Automatic tomó el escenario. Esta banda formada por la baterista, vocalista e hija del baterista de Bauhaus, Lola Dompè, en los sintetizadores Izzy Glaudini, y la bajista, vocalista Halle Saxon. Automatic nos dio la dosis de post punk actual combinado con synth pop experimental, haciendo una progresión con un final casi explosivo perfecto para abrirle a Bauhaus.
Undead, más vivos que nunca
El reloj marcó las 9:29 pm en el Parque Bicentenario, cuando las luces se atenuaron, el público acortó distancias entre ellos y llegaron al escenario Peter Murphy, Daniel Ash, Kevin Haskins y David J, los legendarios Bauhaus. Un poco opacada por la euforia del público, comenzó “Rosegarden Funeral Of Sores”, seguida de “Double Dare”, esperado hit con ciertas fallas en el micrófono de Peter, razón por la cual, parte de la audiencia solicitó un aumentó de volumen en todas las bocinas del recinto.
Continuó “In The Flat Field” que con el coro “I do get bored, I get bored, In the flat field” la satisfacción se unió al ambiente oscuro y gótico de los asistentes. Todavía con algunos problemas de audio, se escucharon con “A God in an Alcove”, “In Fear of Fear”, “The Spy in the Cab” y la misteriosa pero muy dinámica “Terror Couple Kill Colonel”.
Sin embargo, los problemas se olvidaron cuando sonaron las primeras notas de “She’s In Parties”, uno de los hits más conocidos y coreados de la banda, continuada por “Kick in the Eye”. Ambos temas por los cuales se pudieron distinguir fácilmente las habilidades intáctas de cada integrante de Bauhaus.
Comenzaron las sorpresas
Continuaron con uno de los puntos más preciados, la interpretación completa de “Bela Lugosi’s Dead”, siendo la canción más coreada de Bauhaus. Y también, el momento donde uno de los asistentes interrumpió sorpresivamente en el escenario, especialmente a Peter Murphy siento motivo de molestia para él y de risa para gran parte de los asistentes, pues la seguridad alejó al sujeto de una forma poco violenta pero discreta.
Bauhaus cerró la primera parte del concierto con “The Man With X-Ray Eyes”, “Silent Hedges”, la muy querida “The Passion of Lovers”, la siempre vampiresca “Stigmata Martyr” y la icónica también himno de la banda, “Dark Entries”.Luego de un encore de menos de 3 minutos, la banda regresó con un set de sus icónicos covers, de Iggy Pop, la suicida en la escena post punk, “Sister Midnight”, la energética “Telegram Sam” de T-Rex y la nostálgica “Ziggy Stardust” de David Bowie.
Finalmente, luego de otro encore de 2 minutos, Peter Murphy regresó con una guitarra acústica y la compañía intermedia de Daniel Ash para tocar “All We Ever Wanted Was Everything”. Dándonos el cierre más melancólico y oscuro que podríamos imaginar de parte de Bauhaus. Para confirmar el final, apareció en el escenario el fundador de Noiselab, Héctor Mijangos, quien nos despidió con una cordial invitación para la asistencia al concierto del 24 de octubre. Una de las invitaciones más tentadoras pues puede que estos hayan sido de los últimos conciertos de Bauhaus en México con la alineación original.
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