Viejas y divertidas anécdotas envolvieron el entrañable y acogedor storyteller de Daniel Gutiérrez.
Muchas veces el fanatismo nos hace pensar que los años de seguimiento son sinónimo de conocimiento. Lamentablemente no es verdad. Daniel Gutiérrez lleva fácilmente tres décadas picando piedra dentro de la industria y es reconocido por su papel dentro de La Gusana Ciega. Sin embargo, a veces se nos olvida que dentro de cada proyecto hay un ser humano que tuvo que atravesar distintos acontecimientos para lograr todo lo que es hoy. Anoche, el líder mexicano citó a sus fanáticos en un acogedor rincón de la CDMX. La Terraza Franciscana recibió al público para escuchar las divertidas y añejas anécdotas de este personaje que tanto ha dado de qué hablar a lo largo de los años; no sin antes escuchar las francas canciones de Valdo Rodríguez quien amenizó el inicio de esta presentación.
Todos los músicos tienen un inicio totalmente diferente y el del cantante se centra particularmente en la explotación de la creatividad y la inquietud por hacer cosas nuevas. Si tienes una gran imaginación puedes contar grandes o alocadas historias y si tienes un instrumento -en su caso una guitarra-, puedes darle sonido a tus palabras. Todo se puede.
Daniel Gutiérrez contó su historia. Literalmente. El músico abordó de forma amena los momentos más importantes de su vida. Platicó de sus pilares -su familia- y habló de una niñez que posiblemente careció de momentos entrañables, pero que de igual forma ayudó a entablar el presente. Durante el recorrido por la línea del tiempo el cantante interpretó temas que iban hilándose con la historia. “Tornasol”, “Hey”, “San Miguel”, “Merlina” y “Pasiflorine” resonaron a lo largo de la velada.
El storyteller permitió conocer una parte del cantante de la que nadie tenía conciencia. Sobre sus inicios en la música habló sobre el poder de la conexión con los demás artistas, en su caso con Soda Stereo. “Sentí una conexión. Era como si Gustavo me estuviera hablando a mi. Ahí me di cuenta que quería que la gente conectara con mis canciones”, comentó. ¿Su premisa se cumplió? Por el comportamiento del público, puedo definir que sí. La conexión se sintió en cada aplauso y en cada momento cuando los fanáticos coreaban las canciones al unísono. Decenas de corazones latieron al compás de entrañables melodías.
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