King Gizzard & The Lizard Wizard

Redacción: Raúl Vidal @rhulovidal

«K.G»

El grupo australiano continúa siendo uno de los proyectos más prolíficos del rock en los últimos años. El año pasado nos dejaron “Fishing For Fishies” que ha sido, en mi opinión, uno de los mejores discos de la banda. Siempre han podido mostrar versatilidad y habilidad para moverse entre géneros cómodamente. Las letras tienen un tema ambientalista en todo el disco, habla de los humanos lidiando con el cambio climático, cuestionándose como tratamos a los animales y si una civilización así está condenada a la auto-destrucción


También el año pasado sacaron “Infest the Rats’ Nest”, donde el grupo empieza a explorar un sonido más pesado. Con influencias como Metallica, Slayer y Rammstein. La primera parte del disco es similar al “Fishies” en cuanto al concepto de la humanidad y su situación actual frente al cambio climático. La segunda mitad es un mini-álbum conceptual donde un grupo de humanos rebeldes es forzado a escapar de la tierra a Venus.

Esto nos deja con “K.G.”, estrenado el 20 de Noviembre del 2020 y aunque fue el único álbum del grupo este año, no quiere decir que no hayan estado ocupados ya que sacaron dos discos en vivo y una película.

El sonido de “K.G.” es una secuela sónica a “Flying Microtonal Banana” y se siente como un regreso al territorio un poco más familiar para la banda, pero con un toque de influencias de música oriental en la instrumentación como flauta y sitar.

Desde el intro “K. G. L. W.” hay una presencia importante del uso de microtónos que continua a lo largo de todo el disco encima de tiempos irregulares a los que ya nos tienen acostumbrados. “Automation” se siente bastante cercana, conceptualmente, a los temas del “Fishies” y el “Rats” hablando del creciente papel de las computadoras en la actualidad.


Esta primera parte del disco termina sonando un poco repetitiva ya que el ritmo de “Minimum Brain Size” es bastante similar al de “Automation” y al de “Straws in the Wind” aunque esta resalta en el tracklist por el uso de un sitar y la voz de Ambrose-Kenny Smith.

El disco toca un tema interesante en “Some Of Us” que habla de cómo la mayoría de las personas es olvidada, mientras una pequeña porción de personas es recordada eternamente que son los que terminan moldeando la historia.

Tiene un cambio repentino cerca del final que sirve de transición a “Ontology” que es una rama de la filosofía que estudia la existencia, el ser y la realidad. Así conectando con los temas de “Some Of Us”, uno de los highlights en el tracklist.


En este punto hay un cambio un tanto repentino con “Intrasport” que fue descrita por la banda como “disco-funk celestial”, pero no me convence mucho en el contexto del resto del álbum. Siento que termina sonando un poco fuera de lugar.

El groove es muy infeccioso en “Honey”, que terminó siendo mi canción favorita en el disco. El sonido predominante de guitarras acústicas es un buen cambio en el álbum sin despegarse de las texturas sónicas de la primera parte del disco.

El proyecto termina con “The Hungry Wolf Of Fate” donde el grupo se mete al stoner rock y le da un cierre temático al disco con la cuestión de olvidarlo todo y entregarse al destino. Posiblemente el track más pesado de todo el álbum con guitarras que me recuerdan a “Dopethrone” de Electric Wizard, un cierre bastante sólido.

En conclusión, creo que “K.G.” es un álbum sólido, pero, no toma muchos riesgos a pesar de las influencias de música oriental. Después de la incursión a un sonido más pesado en “Infest The Rats’ Nest”, la banda regresa al rock progresivo, psicodélico, el cual a estas alturas es sinónimo con ellos.

Y, por lo tanto, aunque no estén re-inventando su sonido, hay suficientes canciones buenas en el proyecto para mantener sus altos estándares de calidad.

Estoy seguro que continuaremos escuchando del grupo en el futuro cercano, y siempre tendré la curiosidad de ver con que otros géneros experimentarán. 

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